Con la campaña de crowdfunding, en la que toca hacer, no sólo de escritor, sino de publicista, de diseñador, de comercial, de editor, etc. la carga de trabajo adicional que esto supone exige una conciliación pésima con el trabajo y con la familia, que tiene más paciencia que el santo Job.
Ya dudas de todo, si eres lo bastante bueno, si la obra será lo bastante buena, si funcionará el crowdfunding, si el cómic gustará, si hará justicia a los veteranos,... Te lo acabas replanteando todo, hasta te replanteas si vale la pena. Si la falta de sueño, si el cansancio, las dudas, la preocupación, el miedo,... si no valdría más la pena dejarlo y vivir una vida "más tranquila" renunciando a esto.
Y entonces vas y recibes este e-mail de parte de un librero al que le has hablado del cómic y de la importancia de las hazañas de los veteranos, y del peligro que supone gente como Donald Trump en la sociedad de hoy día, con su discurso del odio.
Y ese e-mail, de repente, te recuerda exactamente por qué estás haciendo lo que haces y que todo ese sacrificio, la falta de sueño, el miedo, la preocupación vale la pena. Vale la pena y mucho. Porque estás luchando la "buena lucha". Porque ese tipo de persona es exactamente el motivo por el que empezaste esta historia:
"El peligro no es que la extrema derecha tome el poder. El peligro ha sido la izquierda durante los últimos 100 años . Todos los países comunistas son de izquierdas, los nazis eran socialistas de izquierdas, Obama y Hillary son socialistas de izquierdas.
No estoy preocupado por gente como Donald Trump, que habla duro, pero que no tienen poder en esta nación y no lo han tenido en décadas. Estoy preocupado por el gasto del estado de bienestar y el gasto del "tengo derecho a".
Nadie tiene derecho a nada de nadie. Si quieres algo, te lo ganas. Eso es exactamente lo que todos los propietarios de tiendas de cómics tienen que hacer."
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